Nicolás Maduro estaría negociando actualmente las condiciones para su salida de Venezuela, un proceso acelerado por el reciente despliegue militar de Estados Unidos en la región caribeña que aumenta la presión sobre su gobierno.
Estas negociaciones, que involucrarían a actores diplomáticos de países garantes, buscan establecer una transición pacífica que evite un mayor derramamiento de sangre en la nación bolivariana, la cual atraviesa una crisis humanitaria sin precedentes desde hace más de una década.
El posible acuerdo incluiría garantías de asilo político para el mandatario y su círculo más cercano, aunque todavía se desconocen los plazos concretos y los detalles sobre quiénes liderarían el gobierno de transición que se forme.
El despliegue militar estadounidense, presentado como ejercicios de rutina pero interpretado por analistas como una muestra de fuerza dirigida al régimen de Caracas, habría convencido finalmente a Maduro de que su posición es insostenible a mediano plazo.
Esta movilización estratégica, combinada con las sanciones económicas internacionales que han debilitado gravemente la economía venezolana, representa el punto de quiebre en una crisis que se ha prolongado por años sin avances significativos hacia una solución democrática.
